30 de octubre de 2008

Guerrero

¡Ay, qué buen cristiano fue siempre el Guerrero del Antifaz! ¡Con qué fe desenvainaba la espada y degollaba a los impíos! Batalla tras batalla fue ganándose un nombre entre los caballeros más influyentes de la reconquista española. Quienes le conocían veneraban su prudencia en el trato, su cortesía en el amor, su arrojo en el combate. No vivía castellano viejo, nacido de familia honrada, que no admirase su confianza infinita en el Señor. Esta entrega absoluta a su patria y a su credo llegó a oídos de Fernando el Católico, un santo varón que sólo pensaba en primar la lealtad de sus súbditos. Por eso, propuso en el consejo real de primeros de mes premiarle con la medalla al Buen Vasallo, una condecoración que hasta el momento sólo había recibido el Cid Campeador. El Guerrero del Antifaz, que estaba combatiendo en la frontera, recibió la noticia con estupor. Como era de naturaleza modesta, se emocionó y apenas pudo articular palabra: su vida no había sido demasiado fácil y estos reconocimientos, pensó con alegría, eran los que permitían a cualquiera seguir tirando en la vida.

Fragmento del cuento ‘Buen Cristiano, Buen Vasallo’
Fue primer premio del certamen de cuentos ‘Noble Villa de Portugalete’

20 de octubre de 2008

Ubú

¿Has visto, Mamá Ubú, con qué facilidad le he convencido? ¿Has visto con qué felicidad salta el capitán chacalote de ola en ola en dirección al palacio del rey Barbo? Anda, montémonos en la grupa de estos caballitos de mar y sigámosle. Y mientras surcamos estos territorios inexplorados cantemos nuestra canción favorita, la canción del Ubú feroz.


Canción del Ubú feroz *

Por aquí va, por aquí va, por alibabá,
De ola en ola, de ola en ola, laralalá,
Papá Ubú, Papá Ubú, turututú.

¡Horror! ¡Horror! Es más fiero que el lobo feroz.
¡Horror! ¡Horror! Es más feo que el lobo feroz.

Papa Ubú, Papá Ubú, turututú.
De lata en lata, de lata en lata, taratatá,
Por aquí va, por aquí va, por alibabá.


* Se recomienda para la interpretación de la canción una orquestina sinfónica compuesta por panderetas y flautones.

Fragmento de ‘Ubú, rey de los mares’
Publicado por ‘Pepitas de calabaza’. Octubre 2008

11 de octubre de 2008

Ubú

¡Oh, Mamá Ubú, qué cerebelo más cuántico el mío! Como he intuido con mi sagacidad filosófica, acabo de descubrir al propietario de este caldero y esta escalera. ¡Es una foca minina de bigotes peludos! ¿La ves? Se encuentra ahí, sentada en la orilla, toda meditabunda. Está absorta contemplando cómo sube y cómo baja la marea del mar.
- ¡Miau...!
¡Uy, qué maullido más triste! ¿Qué le sucederá a esta foca minina para que maúlle con tanta tristeza?
- ¡Miau...!
¡Uy, qué maullido más alegre! ¿Qué le sucederá a esta foca minina para que maúlle con tanta alegría? Parlotearé con ella para resolver este misterio.
- Señora foca minina, se puede saber ¿por qué lanza maullidos tristes y maullidos alegres en intervalos temporales consecutivos?
- Miau.
- ¡Ah...! Que cuando sube la marea lanza un maullido de tristeza. Y que cuando baja la marea lanza un maullido de alegría.
¡Ay, Mamá Ubú, qué tonta es esta foca minina! Está angustiada porque cree que la marea le va a comer la isla. Se ve que ignora que las mareas suben y bajan siempre.
- Señora foca minina no se preocupe tanto. El fenómeno de las mareas conlleva un movimiento de subida y bajada permanente. Es una regla universal constante.
- ¡Miau...!
- ¿Que las reglas están para romperse? ¿Y que puede ocurrir que un día la marea suba y suba y suba?... ¡Ja, ja, ja…! ¡Eso es materialmente imposible! ¡El cálculo de probabilidades de que ese percance ocurra es de uno entre un millón!
- ¡Miau...!
- ¿Que con que haya una posibilidad, su angustia será perpetua?
¡Mira que es cabezona esta foca minina! ¡Mira que le cuesta comprender las leyes matemáticas que dominan la naturaleza! Le haré una propuesta sensata para que no sufra tanto.
- Mire, señora foca minina, le aconsejo que coja un bolígrafo y realice un gráfico de subidas y bajadas de la marea. Verá cómo se tranquiliza. Los gráficos tranquilizan mucho.

Fragmento de ‘Ubú, rey de los mares’
Publicado por ‘Pepitas de calabaza’. Octubre 2008

2 de octubre de 2008

Ubú

Bien, pez escribano comienza a escribir y no te equivoques en ni una coma porque como te equivoques te prometo que te colgaré, con el tintero incluido, en la noria del Pellizcapuercos. Anda, escribe un nuevo edicto. Desde ya prohíbo no sólo jugar al ajedrez en mi reino sino también jugar al dominó. Queda claro. ¡Quien juegue al dominó me lo descerebro! Esto ya empieza a ser otra cosa, Mamá Ubú. Ya noto cómo se endereza el reino. No hay nada como mandar. Escribe, pez escribano. Y prohíbo también dar cuerda al reloj. ¡Qué buena prohibición! Hoy estoy inspirado. No voy a parar de promulgar prohibiciones. Venga, venga, escribe pez escribano. Y prohíbo cruzar los pasos de cebra. Y prohíbo que se caigan las hojas de los árboles. Y prohíbo que se lean libros. ¿Has visto, Mamá Ubú? ¡Qué maravilla! ¡Esto de mandar con mano de hierro funciona! Escribe, escribe pez escribano. ¡Cómo me gusta mandar! Y prohíbo que me despierten antes de las tres de la tarde. Y prohíbo que me digan lo que tengo que hacer. Y prohíbo que se pinte el mar de negro. ¡Eso, eso, eso! ¡Que a nadie se le ocurra pintar el mar de negro! A partir de hoy se pintará el mar de azul como todos los mares del mundo para que las ostras germinen perlas violetas y no lloren más. No soporto el llanto de las ostras. Me desgarran el corazón. Y me desgarran el bolsillo. Que estoy arruinado y necesito llenar mi bolsín de pitanzas.

Fragmento de ‘Ubú, rey de los mares’
Publicado por Pepitas de Calabaza. Octubre 2008